Craic’ es la palabra irlándesa pronunciada crac, para referirse a diversión, risa… pasar un buen rato. Y que acertada palabra, porque en Irlanda la gente, los lugares y los acontecimientos pueden ser un gran craic.
http://www.youtube.com/watch?v=JCZfJ5ai07U
Mi paso por el país de las ovejas, los leprechauns y la cerveza, fue breve pero intenso. La mayor parte del tiempo, lo pasé en la capital, Dublín. A orillas del río Liffey, esta ciudad conocida como la “laguna negra”, por la que se formaba debido al estancamiento del río Poddle antes de desembocar en el río Liffey, en el Wellington Quay y ya hoy disecada, es una ciudad tranquila y muy manejable, en comparación con otras capitales. Dividida en dos partes debido al río Liffey, la porción norte alberga la zona nueva, cuya calle principal es la O’Connell Street, donde se encuentran muchos comercios, bancos, cafés, etc. El sector antiguo de Dublín, en la parte sur donde encontraréis el Trinity College, la Guiness Storehouse, Dublin Castle…y algunos edificios más, dignos de visita.
Por el día, la música inunda sus calles, gracias a intérpretes callejeros, que deleitan con su música a los paseantes y por las noches, los bares y pubs también contribuyen a este clima alegre y típico dublinés, con sesiones de música en directo y grandes dosis de alegría y espontaneidad por parte de sus gentes. Algo que como no fumadora, valoré mucho de la noche irlandesa, es el poder salir de fiesta y no volver a casa, con un terrible olor a tabaco impregnado por doquier en ti, ya podría España hacer un copy-paste en este punto, la verdad!
Más allá del trato amable que caracteriza a su población, por cierto de unos 506.000 habitantes apróximadamente, otros rasgo significativo es su juventud (cerca del 40% de la población tiene menos de 25 años). Por otra parte, posee una gran herencia artística y cultural, prueba de ello, es descubrir que es lugar de nacimiento de famosas personalidades como James Joyce, Oscar Wilde…
Además de Dublín, pude disfrutar también (en escapadas de fin de semana) de hermosos parajes como Galway al Sur o Killarney. En Galway un ferry nos llevó hasta las Islas de Aran, donde la naturaleza se muestra en estado puro y donde sus cliffs (acantilados) de los más altos de Europa, logran dejar con la boca abierta a todo aquel que los contempla. Killarney, también merece la pena, es una villa para el deporte, la naturaleza.. el castillo de Ross, a orillas de lago Lein es visita obligada, si queréis disfrutar de ¡un buen paisaje! y la vida nocturna, que como en casi todos los pubs irlandeses tiene carácter propio, gracias a la música en directo, la güinness y la espontáneidad de la gente. Nos quedamos con ganas de Cork y Belfast pero no hay mal que por bien no venga, eso quiere decir, que habrá que volver a sacarse la espinita algún dia…xD
De “Ireland”, me llevo muchas cosas que resumo abajo:
ISIC, risas, MAS risas, viajes en bus infinitos, sinuosas curvas, ovejas, sandwiches varios, el Pennys,comida a las 12, tus ensaladas, nuestra pasta, salir de lunes a domingo aunque no pudiésemos ya con el alma, el Tesco (nuestro 2º hogar), la rosas de andré, una Guiness, fitzsimmons forever, nuestro cantante favorito, ” la noche” de Galway, el B&B de Killarney, sus manillas, su desayuno, nuestras aventuras, mil fotos saltando “de alegría”, los bailes en la Q3, one, two, three…las focas de Howth, polis y cacos en l tren, qvicio…el poker, la musica a tope, el código dla puerta, nuestro laberinto particular, los paseos hasta el spire, maletas proyectadas al mm, la despedida de pelicula, el aeropuerto con un sueño mortal, la vuelta en avión…
quizás sólo los que pudisteis compartir ese tiempo allí conmigo entenderéis esta última parte, pero tenía que escribirlo para hacer de recuerdos memoria, porque ese tiempo chic@s, fue una historia, que ¡¡jamás tocará el olvido!! lof u!
Tres semanas inolvidables, que lograron que antes de marcharme, ya quisiera volver!
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